¡Hola!
Hoy les escribo para contarles algo que hice durante mi 2°año como estudiante del Profesorado de Educación primaria, con la esperanza de otorgarles un poco de inspiración para futuros trabajos con sus chicos.
Resulta que, como ya es tradición en mi instituto, para finalizar la cursada de Didáctica de las prácticas del Lenguaje I todas las alumnas tuvimos que dar una clase especial sobre seguimiento de personaje prototípico. La profesora nos dividió en grupos de trabajo y a cada uno se le asignó un personaje para trabajar: lobos, brujas, ogros, hadas, o princesas, como fue en mi caso.
La clase consistió en una presentación teórica del personaje, haciendo un recorrido histórico sobre su presencia en la literatura y abordando diferentes textos actuales en donde se muestra como protagonista. A continuación hicimos una dinámica en donde presentamos a las princesas, luego contamos una historia mediante una teatro de papel gigante, y finalmente, como si eso fuese poco, acompañamos la lección con una ambientación completa (y cuando digo completa, es completísima) del aula: decoración, música, rincón de lectura, libros, entre muchas otras cosas.
Les contaré todo lo que hicimos ese día y espero que puedan sacar muchas ideas para hacer una clase especial con sus alumnos, pues, creo que una clase como esta sería maravillosa para ellos.
AMBIENTACIÓN
Dividimos la ambientación en dos partes: exterior e interior. Teníamos claro que en el exterior debíamos hacer algo grande, que crease una fantasía desde el mismo momento de ingresar al aula. Estábamos muy motivadas luego de ver los trabajos de nuestras compañeras, pues, las que trabajaron con lobos por ejemplo, crearon una estructura de hierro forrada en cartón y friselina que transformó la puerta del salón en la mismísima boca del lobo (¡incluso había una alfombra roja simulando su lengua!).
La idea para nosotras llegó muy fácil. El aula es el "hogar" de los niños cuando están en la escuela, y el castillo es el hogar de las princesas dentro de sus cuentos. Para "teletransportar" a los chicos al estilo de vida de tienen estas doncellas, lo que teníamos que hacer era levantar un castillo dentro del aula. Y lo logramos.
Humilde pero bello, lo que hicimos fue forrar toda la entrada en papel madera y goma eva, dibujando la silueta de un castillo. Así mismo, en cartulina simulamos las rejas de una entrada en el techo e hicimos unas cadenas que conectaban al portón del suelo, colocado a modo de alfombra.
Para el interior, cubrimos las paredes de flores, coronas y tul, y rociamos el lugar con desodorante de ambiente de aroma frutilla. Para el rincón de lectura improvisamos una biblioteca con algunas cajas de verdura, y conseguí un sillón hecho en cartapesta. Lo forré con tela, le añadí una corona gigante en el respaldo, y lo decoré con estrellas de goma eva, siendo este el resultado:
En la mesa colocamos un teatro de papel en miniatura junto a un ejemplar de Princesas olvidadas o desconocidas de Philippe Lechermeier, puesto que este fue el texto elegido para abordar el tema de las princesas en la actualidad durante la lección ( Les recomiendo encarecidamente este libro para el trabajo en el aula, es simplemente maravilloso. Sin embargo, ese es tema para otro post )
DINÁMICAS
Iniciamos la clase invitando a nuestras compañeras a pasar al salón con música de diferentes películas de princesas. Una vez dentro iniciamos la clase realizando una teatralización en la cual dos hadas se encuentran dentro de este castillo y comienzan a buscar a la princesa que habita en él. Al no encontrarla comienzan a interactuar con nuestras compañeras (o como sería lo ideal, con los niños) de manera divertida, indagando acerca del paradero de la princesa. Al notar que el castillo esta deshabitado, las hadas se proponen crear una princesa para que viva en él.
Para ello sacan un caldero (o en nuestro caso, una olla de locro forrada) y comienzan a preparar una pócima para crearla. Los ingredientes de la pócima fueron dictados por los espectadores al preguntar: "¿Que tiene una princesa de especial?¿Como son ellas?". Así, nuestras compañeras empezaron a dictar cualidades como belleza, alegría, dulzura, y las hadas tiraban papel picado de diferentes colores para simular estos ingredientes en el caldero. Llegará un momento en el cual indicarán que la poción esta terminada, y a primera vista parecerá que el hechizo ha fallado, pues, no habrá surgido ninguna princesa del caldero. Es entonces cuando ellas dirán haber encontrado algo al fondo, y sacudirán una tela oculta en la olla que revelará un montón de coronas escondidas al fondo de la olla y llenará a todos los espectadores con el papel picado que fue echado en forma de ingrediente.
Las hadas explicarán que, dado que nuestras espectadoras eran docentes, la pócima falló porque las princesas siempre fueron ellas, ya que todos los adjetivos que se metieron al caldero las definían como maestras. Es por eso que aparecieron también las coronas ( a las cuales, por cierto, les agregamos una etiqueta con un "don", para que las acompañe durante toda su carrera), para coronar a nuestras princesas docentes.
¡Aún tengo la mía! El don que me tocó fue carisma |
Esta actividad puede ser adaptada fácilmente para los chicos, solo hay que modificar un poco el guión en función de su clase y ¡listo!
Si bien esta dinámica fue muy linda y logramos despertar muchas emociones, el plato fuerte de la lección fue el teatro de papel. Luego de dar toda la parte teórica sobre el recorrido de las princesas en la literatura, nuestra principal atracción fue esta presentación.
Para quienes no saben, el teatro de papel (conocido originalmente como Kamishibai) es una forma de contar cuentos que data desde el siglo XII en Japón. Consiste en un teatrillo, generalmente de madera, a través de la cual un narrador cuenta una historia mediante la presentación sucesiva de diferentes láminas con ilustraciones.
Para cerrar nuestra presentación con un broche de oro quisimos contar la historia de una princesa "diferente" usando este recurso. Para ello decidimos armar un teatro gigante (1mx 70 aproximadamente), de modo que las ilustraciones sean muy amplias y vistosas. La historia que elegimos fue la de un poema llamado Amor en la biblioteca, de la autora argentina Liliana Cinetto, en el cual una princesa decide ignorar lo que ya había sido escrito para ella en los cuentos tradicionales (una bruja malvada y un príncipe que la rescataba) para seguir su corazón y fugarse con un pirata de un libro vecino.
Esta historia (al igual que todas las de Cinetto, para que negarlo) es hermosa para trabajar con los chicos y desconstruir un poco al personaje de la princesa, dándole una dimensión totalmente nueva e inesperada.
Les dejo un video para que puedan ver el resultado de esta de esta idea y asi se inspiren y encuentren la mejor forma de adaptar esto a sus estudiantes. No voy a negar que esta lección involucró un trabajo muy arduo, semanas en donde mi living fue un mar de cartones, pinturas y telas, pero el resultado resultó ser invaluable. Creo que una clase así sería realmente inolvidable para los chicos, algo mágico.
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